Mito sobre el origen de Cartagena

Mito sobre el origen de Cartagena

Todos los pueblos intentan hacer su Historia y lo hacen siempre a partir de una información real, pero conforme retrocedemos en el tiempo los datos reales desparecen y, entonces, los datos se crean o inventan dando lugar a unos falsos orígenes para dar una mayor sensación de antigüedad. A continuación se presenta el mito sobre el origen de la ciudad de Cartagena.

Según la tradición cristiana Cartagena fue fundada por Testa, decimonono rey de España después de Tíbal, nieto de Noe. Sin embargo, existe un relato que sitúa al propio Túbal y a sus hermanos, Tharsis y Elisa, en nuestra ciudad hace más de 5000 años. Uno de sus herederos, Testa, de venerable aspecto y blancas barbas, tenía una hija Skombria a la que quería casar con algún príncipe culto y pacífico.
Una noche hubo una horrorosa tormenta y, cuando amaneció, del interior de la tierra surgió un hombre hercúleo que fue llamado Mastes, era audaz, bravo y fuerte. Testa temía que el pueblo siguiera a este príncipe joven, que, además, estaba enamorado de la princesa. A pesar de la negativa del rey, la pareja se juró amor eterno y Mastes fue desterrado a Sierra Espuña. Cuando los Atlantes atacaron el Campus Spartarius (Campo de Cartagena) Mastes volvió y salvó al pueblo de Testa.
Fue entonces cuando el príncipe egipcio Mercurio Thentate llegó cargado de regalos para casarse con Skombria. Mercurio y Mastes lucharon por su mano. Mercurio y cinco de sus guerreros cayeron muertos.. Los cinco guerreros fueron enterrados en la isla donde Mastes quería formar su ciudad, formando sus tumbas las cinco colinas del recinto (Cerro del Molinete o Arx Hasdrubalis, Colina de la Concepción o Mons Esculapii, Monte Sacro o Mons Saturnii, Monte de San José o Mons Aletis y Despeñaperros o Mons Vulcanii). Mercurio fue sepultado fuera de la isla en un cerro sobre el que se puso un templo (Castillo de los Moros).
El rey Testa ordenó matar a Mastes que fue llevado a un cerro aislado donde le cortaron la cabeza de un golpe tan certero que el hacha se hundió en el monte creando un agujero por el que la sangre de Mastes se introdujo en las entrañas de la tierra. Su cabeza rebotó en la llanura y sus cabellos se esparcieron por el campo convertidos en plantas de esparto.
Skombria, desesperada, aspiró todo el aroma de una flor cercana y la arrojó sobre el cadáver de Mastes ( desde entonces el Campus Spartarius cada año se cubre de amapolas, rojas como la sangre pero sin olor). Después Skombria se arrojó desde lo alto del aguilón al fondo de los mares, de los que surgió enseguida una roca (la Isla de Escombreras) que ninguna planta alberga y que suspira al ser peinada por el lebeche.
Cuando los rayos de sol tocaron el cuerpo ajusticiado de Mastes surgió de él un fulgor metálico ya que su sangre transformada en plata bruñida se había hecho filones en el interior del monte. Para evitar la codicia de sus hombres Testa maldijo las minas de plata, forjadas de sangre impura, haciendo que aquel que se apropie de la riqueza muera con la sangre empobrecida (los mmineros mueren por una enfermedad de la sangre llamada silicosis).
Finalmente, la cabeza de Mastes fue arrojada al mar donde se transformó en la Isla Grossa, y su cuerpo fue arrojado en medio del llano en lo que conocemos como el Cabezo Gordo. Sus amigos en venganza rompieron el dique frente a la Isla Grossa llenando de sal el Mar Menor y prendieron fuego a la Sierra de Cartagena.

- Asociación de amigos de los castillos. "Las fortalezas de Cartagena". Cartagena, 1999.
- Soler Cantón, J. "Leyendas de Cartagena". Editado por el autor. Cartagena, 1998.
- WWAA. "Lengua y literatura española 2º Bup". Editorial Anaya, Madrid, 1976.

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